miércoles, 22 de junio de 2011

EXPLOTA



Corría el año 2006 y Santiago Vázquez, percusionista de vocación, tenía un sueño. Su idea relacionaba el elemente básico de su pasión, el ritmo, con una metodología de improvisación a través de señas. Poco a poco fue juntando músicos que captaran la esencia de su idea y lo ayudaran a llevarla a cabo. En el mes de mayo, eligieron un día de la semana para ensayar , y un día algunas personas empezaron a ir a verlos a los ensayos. Y un día su ensayo se convirtió en un espectáculo multitudinario. Y un día se transformó en un ritual.
Esta es la historia de La Bomba de Tiempo.

El día elegido para los ensayos abiertos fue el lunes en Ciudad Cultural Konex. Con el tiempo fue más y más gente. El ritmo, la vibra y la espontaneidad fueron la presentación perfecta para el boca en boca que los llevó a convertirse en rito de la cultura nacional.

La cuestión de la improvisación guiada sea tal vez uno de los elementos más característicos de la banda y el menos conocido. Todos los músicos acatan al director a través de diferentes señas lógicas. Es un proceso global, ya que lo músicos también pueden hacer señas para que el director las tome. La Bomba de Tiempo compone de forma espontánea, en tiempo real. Todos comienzan a tocar sin saber cómo seguirá. Este toque inesperado, es parte de la mística que se genera. Y el público también tiene un rol central, ya que todo puede funcionar como fuente de inspiración. Desde un silbido hasta algún aplauso particular, "hasta los errores de interpretación", en palabras de los artistas.  Todo se suma en increíbles y rítmicos instantes. 

Todos los lunes a las 19 horas el show comienza con tambores invitados. A las 20 explota la Bomba. Se respira un aire muy particular. Los cuerpos se unen en el baile, casi como un ritual tribal alrededor del fuego. De repente parece que todos se conocen. Bailan juntos, gritan, intentan unirse a la percusión con lo que tienen a mano. La Bomba de Tiempo es una fiesta.

Cita obligada para turistas, porteños y cualquiera que quiera pasarla bien. La gente los va a ver 5 veces pero “nunca es lo mismo”. El espectáculo lo hacen los músicos pero la participación de los espectadores es vital. Porque de eso se trata, dejan de ser espectadores para ser parte integral de esa mágica fusión que se da a través de la música.

Michelle Volpin



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